Bien podríamos decir que lo que no quedan son días de vacaciones y a considerar por el buen ritmo que llevamos casi que mi cuerpo agradecerá volver al trabajo. Todos los días han acabado siendo sábado. Como no ayer no pudo ser menos y después de una gran cena dijimos como siempre de hacer una cervecita en el antropop.
El antropop… llamémosle antro de pop o llamémosle antro dónde todas las canciones que siempre suenan me llenan la cabeza de recuerdos.
Ya no sólo porque todas las canciones hablen de amor, sino porque como siempre digo, cada uno adapta las canciones a su vida, a sus recuerdos y siempre, de una manera o otra la acabas asociando con alguien.
Ya sea por ese concierto al que fui y sólo lo hice por ti:
“Vamos a jugar a ese cuento que te beso y despiertas….”
Ya sea por ese concierto para el que sólo por mí compraste las entradas y al que nunca fuimos juntos:
“ a poder dormir, cuando tu no estas a mi lado! “
O bien sea por esas canciones de optimismo que suenan a cada llamada:
“Y puede ser que me equivoque otra vez y puede ser que vuelva a perder, pero la vida me dice que me toca a mi eso de sentirme bien….”
O quizás por lo que pudo haber sido y que siempre fue mejor que nunca fuera:
“Dime, que la noche aquí no acaba, que me quedo como estaba, con las ganas de volar…”
O por aquel concierto al que fuimos con 12 años menos y en el que me enamoré de ti:
“cartas en el cajón y ninguna es de amor….”
Muchas otras veces por el buen rollo que te da verte saltando de nuevo, como si siguieras en ese concierto:
“ tu me estas dando mala vida! Yo pronto me voy, a escapar….”
O porque a alguien se le ocurre lo mismo que a ti y te susurra al odio:
“y esos es lo que quiero besos, todas las mañana me despierten besos….”
Sea como sea, acabamos cerrando elbar de nuevo, convencidas de que era sábado y gastando nuestros últimos días de vacaciones entre risas y cervezas… viendo amanecer de nuevo y tapándonos la cara con el edredón para que la luz nos deje dormir.
Hoy es sábado de nuevo, y como cada año para este día, no solo pasan los reyes a los que cada año les pido lo mismo… sino que también nos juntamos de nuevo para celebrar el cumpleaños de anabel, y aunque seamos pocos los que quedamos, como bien dices tu: “pocs però ben avinguts!”…
Bonica! Que ganas tengo de verte la cara cuando veas que tu regalo nos hará volar de nuevo!
Normalmente, no suele importarme mucho esto de empezar un año nuevo. Siempre he creído que para mí, como para muchos otros profes, el año empieza con el curso escolar. Consideraríamos que mi fin de año suele ser a final de agosto cuando se acaban los dulces días de vacaciones y tienes esa sensación agridulce de querer volver al cole. Sin embargo, el 31 de diciembre es en realidad el final del año y el inicio del nuevo. Como el 2007 ha sido raro. Como diría Fito, “no digo diferente, digo raro” pues tenía esa sensación extraña de querer quedarme en él y a la vez dejarlo marchar rápidamente. Sin embargo, la buena compañía y el buen rollo que se metió en mi cuerpo la noche del 31 de diciembre me han hecho empezar el 2008 con una gran sonrisa y muchísimo optimismo. La noche empezó con unas cervecitas en casa mientras esperábamos a los tres perdidos. Sabía que se perderían para llegar a casa!. Una muy buena cena amenizada con varios brindis por la celebración en mi nuevo hogar (si, podemos llamarle home, porqué ya hace tiempo que lo convertí en mi espacio). Brindis por el mensaje que nos sugería el nuevo año 2008! Y por historias varias para no dormir. El estrés característico del momento uvas!. Que gran momento cuando la señora dijo: 10 y yo tenía 12 uvas en el plato!. Brindis y besos, bailoteos, música y fotos, llamadas y felicitaciones y a mover el culo. Hacía tanto frío en la calle que no nos costó mucho seguir bebiendo. Una de esas noches de caos genial con un final muy dulce. Gràcies.