BITTERSWEET, más bitter que sweet más sweet que bitter!.

lunes, 9 de febrero de 2009

dice...

Dice un amigo que a las cosas hay que darle la importancia que se merecen. Digo yo que podemos aplicarlo también a las personas. A las personas hay que darles la importancia que se merecen.
Si me pongo a pensar racionalmente sólo aparece una balanza descompensada. Demasiada importancia y nada merecida.
Si me pongo a pensar emocionalmente me pierdo entre lo que pienso y lo que siento. Entonces me viene a la cabeza otra cosa que dice otro amigo, no somos responsables de lo que sentimos pero si de lo que hacemos con lo que sentimos. La primera parte me gusta, justifica mi tristeza y por lo tanto me aferro a ella. Me grito a mi misma: ¡YO NO SOY RESPONSABLE DE LO QUE SIENTO! Pero luego acabo la frase y me hago daño, puesto que si que soy responsable de lo que hago con lo que siento.
Soy responsable de seguir allí.
Responsable de hacerme daño.
Responsable de bloquearme.
Responsable de no rendirme porque un día creí que era una luchadora nata.

Entonces otra amiga me plantea la siguiente pregunta: ¿qué te da? ¿Una de cal y otra de arena? ¡No!, te da muchas de arena, o de cal ( la que sea la mala!). Creo que la mala es la cal, porque la arena suave de la playa es bonita, ¿no?
Da igual, me da mucho de malo y nada de bueno. Sin embargo yo sigo allí con mi sonrisa, que borro de mi cara sólo dejar de verle. ¿En que momento he dejado que seas tú quien decida como me tengo que sentir yo? ¿En que momento he dejado que seas tú quien decida cuando tengo que sonreír y cuando debo dejar de hacerlo?

Y entonces llega otro amigo y me dice que no es el. Que soy yo, de nuevo he buscado repetir la historia, vivir y sentirme igual. Sólo que ahora he cambiado de nombre, de cuerpo y de lugar. Que piense en porque todo vuelve a lo mismo, que retroceda tiempo atrás, mucho tiempo atrás y me de cuenta de que no deja de ser la misma historia con una persona diferente.

Y tú decides tirar para delante. Metes todos esos consejos en tu cabeza y los intentas hacer bajar hacia el corazón. Te das cuenta de que ni siquiera entran en tu cabeza porque esta tan saturada que no deja hueco para ellos. Ya ni te planteas si van a caber en el corazón. Piensas en la película “eternal sunshine of the spotles mind” y deseas más que nunca que alguien invente una máquina para formatear tu cabeza, para formatear tu corazón…. Y mientras tanto la vida sigue y parece que tú te olvidas de seguir con ella.

Una mañana te despiertas y decides seguirla. No sabes como ni porque pero allí estas, cogiendo fuerte tu vida con la mano para que no se te escape. Sabes que es posible que vuelvas a tropezar y eso te haga perderla de nuevo por unos instantes. Pero sólo por unos instantes porque si algo te ha enseñado es que siempre te espera para que puedas volver a alcanzarla.

Esa mañana te despiertas con una sonrisa, te molestas en arreglarte y a la primera persona que te grita le respondes con toda la dulzura del mundo. Siempre habrá alguien que te preguntará porqué le contestaste así cuando te trató mal. Entonces te darás cuenta de que nadie puede decidir como tienes que sentirte. Entonces te darás cuenta de que nadie puede decidir cuando tienes que sonreír y cuando tienes que dejar de hacerlo.

1 comentario:

trabancos dijo...

No se que decirte que no sepas ya,eres tu quien mejor se conoce, así que no diré nada...

http://www.goear.com/listen.php?v=e166d6b

y contigo somos ya......