BITTERSWEET, más bitter que sweet más sweet que bitter!.

domingo, 5 de noviembre de 2006

A veces.

A veces escucho compulsivamente una canción. Tantas y tantas veces que no se si la acabo odiando, adorando o haciéndola tan mía que más que odiarla o adorarla me supone querer estallar a llorar, querer chillarla tan fuerte que puedan oírme quiénes en diferentes momentos hicieron que la adorara o la odiara.

A veces soy capaz de tener tan mala memoria que vuelvo a tropezar con la misma piedra. Soy experta en complicarme tanto las cosas. Soy experta en olvidar que lo único que pretendía era poder disfrutar de ellas.

A veces estallaría a llorar y cogería la goma más grande del mundo para poder borrar todo lo que he sentido.

A veces dudo que haya sentido algo tan jodidamente doloroso para tener que borrarlo con la goma más grande del mundo. Quizás una Milán Nata tamaño estándar me serviría.

A veces me asusto a mi misma al darme cuenta que all you need is love no deja de ser más que una canción con ritmo y palabras bonitas.

A veces me sorprendo diciendo que el amor no existe pero no ceso de tropezarme con el.

A veces me moriría de la risa cuando alguien me dice que soy toda una contradicción. Las cosas son contradictorias cuando las miro con los ojos de contradicción. Las cosas son bonitas, las cosas son feas y yo me empeño a mezclarlas todas para llegar a un punto medio.

A veces me siento ingenua de creer que el punto medio es lo que necesito cuando me paso la vida llevando mis sentimientos a los extremos, como no opuestos.

A veces saldría a la calle y miraría a todo el mundo que se cruzara en mi camino a los ojos, con una gran sonrisa en mi cara.

A veces me gustaría repartir besos como quién reparte panfletos de propaganda.

A veces me olvido de lo que me gustaría hacer y hago todo lo contrario.

A veces me olvido de mirar a los ojos de la gente.

A veces escucho compulsivamente una canción hasta obviar que la estoy escuchando.

A veces, pero sólo a veces, a veces.


Ismael Serrano - Con Una Pena De Muerte

Con una pena de muerte
maldigo injustamente a los que antes compartieron
contigo los delirios de la carne.
Y se hace tarde,
y hay quien nos dice que debiéramos mirar
más el reloj.
El amor entre tú y yo
es a veces
como el silencio, y al nombrarlo se rompe.
Noche tras noche
me hago adicto a tus ritmos,
tus sonidos, tus sabores.
Cargados de buenas intenciones
nos empapamos de urbanidad,
vendimiando en las aceras
alguna que otra hermosa amistad.
Y yo vigilo tu sonrisa mientras tomas un té
en un café del centro.
Mar adentro mientras, las sirenas cantan.
Hay quien se tapa los oídos,
quien se ata al mástil de proa.
Tú y yo dejamos
que nos seduzcan con su canto.
Nos estrellamos
contra las rocas.

Planeando una huida
por las calles de Madrid
tú me preguntas, mirada dulce,
si me moriría sin ti.
Yo aterrado me escondo en un vaso
cargado de alcohol y te respondo:
"maldita sea, no lo compruebes por favor".
Y te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti.
Te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un ligero copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti

a veces no podría estar sin tí.

a veces no podría estar sin mí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...y a veces sólo hay que recordar lo que creíamos haber aprendido. Para re-aprender, digo.

Petonets.

y contigo somos ya......